El Baile

El flamenco es un arte originario de Andalucía que aúna varios elementos como son el baile, el canto y la guitarra. Fruto del mestizaje cultural gitano, árabe, cristiano y judío, el flamenco es, hoy en día, un arte reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO  desde 2010.

La fuerte carga emocional que ponen los artistas sobre el escenario durante sus interpretaciones y el ambiente que se crea en un tablado, hacen que ver un show flamenco en vivo sea una experiencia muy recomendable.

Los bailaores y bailaoras interpretan cada pieza con movimientos de brazos, contoneo de cuerpo y ‘zapateos’ acordes a cada palo flamenco, acompañados por la melodía de la guitarra y la voz profunda del cantaor. 

El baile y la música actual es el resultado de siglos de evolución, integración y unificación de elementos de diversas culturas. Con el desarrollo de la música flamenca surgió también el del baile flamenco, que apareció por primera vez, de modo reconocible como una danza estructurada, en el siglo XVIII.

Tipos de bailes flamencos

La estructura de la pieza, los movimientos y la intensidad de la interpretación depende del tipo de baile flamenco que se realice. Aunque más que hablar de ‘tipo de bailes’, lo más correcto es hacer referencia a palos flamencos, de los que hay más de 50 diferentes, una muestra de la riqueza y variedad que posee este arte de raíces andaluzas. 

Cada palo tiene su compás, un origen (cantes de fragua, de fiesta, de ida y vuelta…), un tipo específico de letra y una música que diferencia a unos palos de otros. Una característica que tiene en común el cante, la música y el baile flamenco es el alto grado de improvisación del intérprete, ese ‘sello personal’ con el que el artista firma su actuación y que hace que cada interpretación sea única.


  • Soleá: es uno de los bailes más ejecutados por los artistas y por su tipo de movimientos se adapta mejor a las mujeres. Es un palo triste, que se interpreta con movimientos de brazos, ondulaciones de cadera y quiebros de cintura. Las letras hablan de penas, de pérdidas, de amor, de muchos otros temas pero siempre con sentimiento profundo. Se bailan las letras que el bailaor quiera, luego una escobilla de pies (zapateado) y suele terminar por bulerías.
  • Bulerías: es un cante festero por excelencia y se usa como culmen de otros bailes (como la soleá o alegrías, por ejemplo). También suele ser el palo para lo que en flamenco se denomina ‘fin de fiesta’, el bis tras un espectáculo. Es el más alegre y divertido de todos los bailes y se distingue por su ritmo rápido, sin duda, hecho para bailar.  
  • Alegrías: con origen en Cádiz, es el baile flamenco más antiguo. Tanto es así, que gran parte del resto de palos flamencos toman como base las alegrías para componer su coreografía. Se caracteriza por la musicalidad los tonos de la guitarra. El baile por alegrías a veces comienza por una entrada de cante antes de la letra; tras la letra (suelen ser dos o tres, pero lo decide el bailaor/a), viene el silencio y después, la castellana, a la que sigue una escobilla de pies o zapateado. Las alegrías se suelen terminar por bulerías, casi siempre bulerías de Cádiz o de Jerez.
  • Seguiriyas: es un baile sobrio, de compás lento y pausado. Su paso fundamental consiste en un andar rítmico a base de golpes secos, sonoros y cortados, realizando el bailaor un movimiento de avance y retroceso sobre el mismo espacio.
  • Tangos: hay mil variedades de tangos (de Málaga, del Piyayo, etc.) y es un palo muy bailable. Los tangos son, como las alegrías o las bulerías, otro palo festero. Su ritmo alegre y su compás medido permite que sea interpretado con movimientos de gran brillantez y expresividad.
  • Farruca: con origen en Galicia, es un palo que tiene mucha dificultad y exige un nivel alto de ejecución. Es más un baile de hombre que de mujeres, hasta el punto que cuando lo interpreta una mujer ésta lo baila con pantalones, a fin de resaltar el zapateado característico, acompañándose de pitos.
  • Sevillanas. Es quizá el palo menos flamenco (a caballo entre el flamenco y el folclore andaluz), pero es con diferencia el más conocido y el que más personas bailan. Se compone de 4 sevillanas con sus letras, que tienen siempre una misma duración y una misma estructura de baile: paseíllos, pasadas, careos y remate.

 




 

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